En una anterior entrada comentábamos como el juzgador (solo puede hacerlo el juez o tribunal) suspendía el régimen de visitas que no se cumplía por parte de un progenitor:
Otras resoluciones se refieren al mismo asunto: SAP de Barcelona de 21 de septiembre de 2016: se restringe el régimen de visitas al padre no custodio porque no lo cumplía por desinterés.
Pero, ¿qué ocurre cuando es el hijo menor quien no quiere cumplirlo? Aunque la Doctrina no es pacífica lo cierto es que se puede decantar por aceptarlo (con otras consecuencias que pueda tener, como la posible extinción de la pensión alimenticia cuando cumpla la mayoría de edad) dependiendo de los años que tenga el menor. Así, la SAP de Madrid de 18 de abril de 2016 deniega la suspensión del régimen de visitas a una menor de 11 años que no quiere ir con su padre, remitiendo el asunto a Servicios Sociales para tratar de normalizar la relación entre padre-hija. Tampoco, según la SAP de Valencia nº31/2019 de 23 de enero, procede dejar a la voluntad de la hija (y del padre) las visitas, cuando se ha fijado que las mismas se realicen en un punto de encuentro con miras a la reanudación de la relación paternofilial.
Sin embargo, si el hijo menor tiene una edad muy cercana a la mayoría de edad, puede estimarse como causa de oposición en un proceso de ejecución el hecho de que el menor se niegue, como veremos más adelante.
Cierto es que las Sentencias deben cumplirse en sus propios términos, ya que en otro caso las decisiones judiciales y los derechos que en ellas se reconocen no serían más que meras declaraciones de intenciones. Sin embargo, en casos en los que es el menor el que no quiere cumplir y éste tiene una edad cercana a la mayoría de edad, el incumplimiento del régimen de visitas no puede achacarse al ejecutado si poniendo todo lo que está a su alcance para que se cumpla, no se hace por la oposición al menor.
Y esto sucede en numerosas ocasiones. Mencionamos al respecto la Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona 247/2020 de 18 de junio que estima la oposición al auto que despacha ejecución por incumplimiento del régimen de visitas a favor de un padre sobre un hijo de 16 años que no quiere cumplirlas porque no quiere estar con su padre: no hay incumplimiento por parte de la madre, el Informe del equipo psicosocial, además de referirse a que la madre lleva al hijo al psicólogo, concluye que atendida la trayectoria familiar y la edad del menor (16 años), sería contraproducente establecer un contacto rígido y pautado de hijo-padre.
FUNDAMENTOS
DE DERECHO:
FD2º: “…. No consta incumplimiento
alguno por parte de la madre, y si del padre al haber hecho dejación durante
tres años del régimen de visitas, ni tan siquiera consta que hiciera intento
alguno para comunicar con su hijo durante dicho periodo.
Es más, la demandada hizo cuanto
pudo para que se cumpliera llevando al hijo a terapia, según se ha hecho
constar. Obra al folio 32 otro informe de la misma psicóloga de 31-10- 2018,
del que se desprende que el hijo expuso diferentes situaciones angustiosas
durante los últimos años de la relación paterno-filial, 2014 y 2015 que le
hicieron tomar la decisión de no querer volver a tener relación con su padre.
Estima que es un menor suficientemente maduro para tomar algunas decisiones con
objetividad y argumentación suficiente. "Se muestra totalmente bloqueado y
niega a cualquier tipo de relación con su padre".
Piensa que a su edad, es mejor
dejar esta situación y no obligarlo a restablecer una relación rota hace cuatro
años y que no le ha aportado ni estabilidad ni ningún tipo de seguridad. Al
contrario, se apartó porque se sentía inseguro y con miedos al lado de su
padre.
En el mismo sentido viene a pronunciarse el informe del EATAF de 24-10-2019 aportado a los autos de modificación que concluye que, atendida la trayectoria familiar, la edad del menor y las circunstancias que menciona, el establecimiento de unos contactos rígidos y pautados sería del todo contraproducente y valora que sin soporte terapéutico no será factible un aproximamiento padre-hijo atendidas las habilidades paternas y el posicionamiento del adolescente. Si ello es así, si en la exploración el menor ratificó su firme voluntad de no querer tener relación con el padre, si en definitiva la falta de relación vino determinada por el incumplimiento previo del padre que podría justificar la posición del hijo, es por lo que debemos estimar el recurso dejando sin efecto el auto despachando ejecución”.
O el Auto de la Audiencia Provincial de Córdoba nº93/2019 de 4 de abril de 2019 (ID Cendoj 14021370012019200100):
FDº SEGUNDO: INCUMPLIMIENTO NO CULPABLE
“… No obstante, también debemos
tener en cuenta que el despacho de ejecución debe partir, con carácter general,
de un incumplimiento culpable del ejecutado de la obligación que le incumbe. En el caso del cumplimiento del régimen
de visitas, la obligación del progenitor custodio exige la colaboración del
hijo común. Cuando éste es de corta edad, los problemas de la falta de
colaboración del menor son menos complejos. Pero si se trata de hijos con edades próximas a la mayoría de edad, la
oposición de éstos al cumplimiento del régimen de relación establecido en la
resolución judicial imposibilita en muchos casos tal cumplimiento.
Esta cuestión ya fue analizada en
el auto de esta misma Sala de 5 de febrero de 2019 (rollo 253/2018 ), donde
indicamos "sin perjuicio de reconocer la extraordinaria problemática y
dificultad que presentan las cuestiones semejantes a la aquí planteada, se ha
de comenzar indicando, tal y como la resolución apelada viene sustancialmente a
indicar, que una cosa es la pretensión de ejecución del pronunciamiento sobre
medidas cuando concurre una actitud materna claramente impeditiva e
incumplidora de la relación del menor con su padre (situación en la que
efectivamente puede adoptarse la imposición de multas o apremios personales con
posibilidad, caso de incumplimientos reiterados, de modificación del
correspondiente régimen de visitas; arts. 699 y 776 de Lec ), y otra cosa es
aquella situación en la que la falta de cumplimiento del régimen de visitas no está causalmente conectada con la
voluntad obstativa de la progenitora custodio, sino con una falta de sintonía y
afecto familiar existente entre el progenitor no custodio y el hijo que pesa a
seguir siendo menor, sin embargo ha alcanzado una edad significativa que
permite la clara exteriorización de su voluntad. Pues bien, como esto
es lo que racional y objetivamente cabe afirmar en relación al caso de autos,
la consecuencia mal puede ser distinta a la alcanzada en la resolución apelada,
pues en dicha tesitura mal cabe
proseguir proceso alguno de ejecución frente a quien no manifiesta voluntad ni
comportamiento alguno contrario al cumplimiento de lo establecido en la
sentencia de cuya ejecución se trata" .
Con estos datos, no cabe hablar de un incumplimiento imputable a Dª Ramona , sino que es la menor la que ha manifestado una voluntad clara contraria al cumplimiento de lo dispuesto en el auto. Por tal motivo, no puede continuar la ejecución contra Dª Ramona , dando lugar, en otro caso, a unas posibles multas coercitivas frente a ella, cuando no se ha acreditado haya influido de forma relevante en la conducta de la menor.”
En definitiva, cuando el menor tiene una determinada edad (a partir de los 15 años aproximadamente) se hace muy difícil obligarle a cumplir con el régimen de visitas y la resolución judicial se hace inejecutable. Aunque eso sí, ello puede tener consecuencias, sobre todo en la pensión alimenticia que podría extinguirse a partir de los 18 años por falta de relación imputable al hijo: el juzgador puede aprobarlo siempre que esa falta de relación no sea puntual y que se deba exclusivamente al hijo y no al progenitor, o a ambos.
Abogado de Familia